Todos corremos el riesgo de recibir algún golpe en la cara a causa de caídas o accidentes en la casa, vía pública, escuela o trabajo pero los deportistas son los más expuestos.
Entre los deportes algunos son muy violentos, como los de contacto: rugby, hockey, boxeo, lucha, fútbol, basquetbol, artes marciales. Otros lo son menos como el ciclismo, patinaje, skate, esquí, gimnasia.
Pero todos comprometen la integridad bucal ante un traumatismo maxilofacial.
Según la intensidad del impacto puede causar:
- Fracturas de la corona y raíz del diente o la salida del mismo de su lugar en el hueso (avulsión dentaria)
- Fracturas de maxilares y lesiones de la articulación temporomandibular (ATM)
- Lesiones de los tejidos blandos peribucales como encías, labios, lengua, carrillos, paladar.
La prevención de estos riesgos se logra con el uso de un protector bucal
Los protectores bucales son aparatos endobucales confeccionados en materiales blandos y flexibles que minimizan el riesgo de fracturas dentarias o lesiones de los tejidos peribucales y, como amortiguan el golpe, evitan la fractura de los maxilares o daños de la ATM.
También reducen la injurias de cuello, hemorragias cerebrales.
Su uso debe ser obligatorio desde temprana edad, en toda práctica deportiva amateur o profesional y en instituciones educativas.
Hay tres variedades de protectores bucales
- Surtidos o estándar: Son prefabricados y se venden en los comercios de artículos deportivos. Se ofrecen solo en tres tamaños. No se adaptan bien y quedan holgados. Para mantenerlos en su lugar se debe mantener la boca cerrada con ambos maxilares en contacto, lo que dificulta el habla y la respiración. No son seguros y su mal uso expone al traumatismo dentario. Son los más baratos.
- Semiadaptables: También son prefabricados y se venden en los comercios de artículos deportivos y farmacias pero pueden ser adaptados a cada boca. Son de material termoplástico y forma de herradura. Se ablanda en agua caliente y se lleva a los dientes superiores modelándolo con movimientos de labios y lengua para lograr una buena adaptación. Una vez endurecido el material, se lava y recortan los excesos con tijera. Tienen un costo intermedio.
- Personalizados o hechos a medida: Son los más cómodos y seguros. Éstos son construidos individualmente por el odontólogo con láminas termoplásticas de vinilo adaptadas al vacío, sobre moldes de yeso obtenidos de impresiones de la boca del deportista. La mayor ventaja del protector es que se puede individualizar el diseño de acuerdo con la anatomía actual de la boca y el tipo de deporte que practica el atleta. Permite hablar y respirar con comodidad. Son los más caros.
Hay situaciones particulares donde los dientes son más propensos al traumatismo dentario como:
- Dientes con defectos del desarrollo del esmalte porque el esmalte es hipomineralizado.
- Maloclusiones con dientes anteriores y superiores muy protruidos, con un labio superior que no los cubre y no lo protege.
- Que tengan grandes reconstrucciones protésicas. Los deportistas en tratamiento de ortodoncia que llevan brackets requieren protectores bucales hechos a medida para la protección de labios y carrillos. Y si tiene brackets en los dientes inferiores es aconsejable el uso de un protector bucal doble para resguardar a los tejidos blandos de posibles lesiones.
Los cuidados del protector bucal
El cuidado de los protectores durante y entre su utilización es de extrema importancia para el mantenimiento del protector en condiciones higiénicas y de uso.
Se recomienda a los deportistas:
- Llevar el protector a la ducha y lavarlo con agua y jabón.
- Enjuagarlo cuidadosamente y secarlo totalmente.
- Guardarlo en una caja perforada como las indicadas para los aparatos de ortodoncia.
- Enjuagarlo con un enjuague bucal o con solución antiséptica, justo antes de usarlo.
- Mantenerlo siempre en boca durante el entrenamiento y los partidos.
- No morderlos ni doblarlos.
- No exponerlo al sol o fuentes de calor.
- Controlar desgastes y roturas.
- Controlarlo periódicamente con un odontólogo.
El mejor protector bucal es el que realiza el odontólogo a la medida de la boca del paciente. Si esto no es posible, se debe recurrir al uso de un protector bucal semiadaptable.
¡Pero recuerde!
Use siempre un protector bucal para la práctica de su deporte favorito.
Su odontólogo lo orientará sobre cuál le brindará la mayor protección.